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jueves, 28 de junio de 2012

Acechando a la puerta


(Dios hablando a Caín):
"Si hicieras lo bueno, ¿no serías enaltecido?; pero si no lo haces, el pecado está a la puerta, acechando. Con todo, tú lo dominarás" (Génesis 4: 7 - Reina-Valera, versión 1995).
Cuando la tentación invade nuestras mentes y corazones, o bien lidiamos con ella y la dominamos, o bien ella nos lleva a cometer actos pecaminosos. El intervalo entre la tentación inicial y la respuesta que escogemos es crítico. Hay muchas cosas pendientes de un hilo.

Caín sabía que Dios lo miraba a él con desagrado, pero se agradaba con Abel. Los sentimientos de celos se fueron apoderando de Caín, y su mente empezó a albergar pensamientos homicidas. Mientras consideraba qué hacer, Dios le habló. Dios le advirtió que el pecado aguardaba a la puerta de su corazón, buscando una oportunidad para penetrar. Aquélla no era la ocasión para tratar la tentación con pañitos tibios, ni para pensar que el pecado no iba a causar ningún daño. Era el momento para Caín de dominar al pecado, y renunciar al mismo, antes de que el pecado lo controlara a él. Trágicamente, Caín no dominó su pecado, sino que al contrario, el pecado dominó a Caín, y destruyó su vida.

Las tentaciones llegan cuando no las esperamos. Pensamientos pecaminosos pueden pasar por tu mente. Deseos egoístas pueden empezar a llenar tu corazón. La voz tenue del Espíritu Santo te dará señales de advertencia, que Dios no se complace con el rumbo por el cual tus pensamientos y sentimientos te están llevando. ¡En ese instante de convicción, DEBES dominar y rechazar el pecado que acecha a la puerta de tu corazón! El pecado destruye. El pecado trae muerte. El pecado no es algo con lo que puedas jugar o bromear a la ligera. La Palabra de Dios para ti hoy es la misma advertencia que le dio a Caín: Vence al pecado que está a la puerta de tu corazón, antes de que éste te acarree sus desastrosas e inevitables consecuencias. Préstale atención a Sus advertencias, y te evitarás sufrimientos y penurias innecesarias, para ti y los demás.

martes, 19 de junio de 2012

Cuando el pecado funciona bien...

Por Howard Andruejol
El reconocido pionero y experto en el campo del desarrollo cognitivo, Jean Piaget, describió que los pensamientos de los jóvenes son por lo general idealistas. Hace unos días tuve la oportunidad de corroborar dicha afirmación, como un concepto extendido en una pareja de novios. Como mucho entusiasmo, la chica (una amiga a quien hace poco tiempo conocí) me comentó que estaban muy prontos a casarse, noticia que confieso me alegró muchísimo. Luego, añadió con emoción que ¡esta sería una boda diferente a cualquier ceremonia tradicional! Me aclaró que no se refería precisamente al evento, sino al hecho que ella y su pareja llevaban ya varios meses viviendo juntos. (Sorpresa. No lo sabía.) Habían compartido libremente como pareja, todo con una muy buena intención, con el permiso y consentimiento de sus padres incluso. Por supuesto, ellos querían aprender a amarse, a disfrutarse el uno al otro, a “conocerse” (desde hábitos, carácter, personalidad, hasta su sexualidad). Me contó también ¡cuánto disfrutaban de una relación maravillosa! (y debo confesar aquí que ella se veía mucho más feliz que otras parejas cristianas que conozco). Finalmente agregó que al llegar el día de su boda, ambos buscaban la bendición de Dios para su relación. (Sorpresa. No supe que decir.)

Para cualquiera de nosotros con cierto grado de conocimiento (o madurez) espiritual, sería evidentemente sencillo describir la relación de esta señorita con su novio como una falta a los principios de Dios. Llamaríamos su pecado fornicación. En efecto, eso es; no obstante, ellos lo llamarían una bendición.

Recientemente también leí un mensaje publicado en el foro de mi sitio en Internet. Un joven cristiano escribía para buscar un consejo en medio de una situación difícil. Transcribo aquí la primera parte de su mensaje (y mientras lo lees, te animaría a ir pensando que le responderías a este chico):

Tengo 22 años, mis padres son pastores. Hace 2 meses me puse de novio con la secretaria de la iglesia de 23 años (la conozco hace 4), es hermosa, la amo y sé que es la mujer de mi vida. El tema es que todo se fue dando muy rápido. Yo era virgen, ella no y le pesaba mucho. Nos dejamos llevar por nuestros deseos y tuvimos relaciones varias veces en una semana. En estos días ella comenzó a tener pequeños síntomas que nos alarmaron y nos llevan a pensar que quizá esté embarazada.

La pregunta específicamente es planteada en la segunda parte de su mensaje; aunque uno casi puede intuir cuál será. Podemos ya anticiparnos a saber qué va a decir, cómo se siente, y cuáles son sus alternativas inmediatas para lidiar con el pecado. Pues bien, continuemos leyendo entonces su caso.

Mi problema es que estoy MUY FELIZ, sé que estuvo mal, sé que pequé y me arrepentí delante de Dios, pero tener un hijo con ella es lo más hermoso que me pueda pasar. Obviamente voy a reconocer a mi hijo y a casarme con ella. Todavía no he hablado con mis padres... es un tema que me pesa mucho, pero más me pesa estar tan contento....
¿qué hago?

Un caso más de un pecado “bonito”, casi “positivo”. Aquellos de nosotros que quizás hemos crecido más bien con un pensamiento pesimista, posiblemente hubiésemos saltado a defender la fe, y promulgar que la Biblia declara que relaciones como estas son catalogadas como pecaminosas. Tal vez para afirmar nuestro juicio, habríamos recurrido a señalamientos como "el pecado no puede hacerte realmente feliz". O bien, con el deseo de convencer a una pareja que no se desenvuelva en este tipo de relación, habríamos agregado la mala noticia de las posibles consecuencias (embarazo no deseado, infidelidad, enfermedades de transmisión sexual, sentimiento de culpa o de baja autoestima, desaprobación de los padres y la sociedad, y otros más en el repertorio). No obstante, en estos casos, y en muchos otros, este bagaje de argumentos resulta poco efectivo.

Recientemente he tenido que hacerme la pregunta (como si me aconsejara a mí mismo) sobre las razones que tengo para no pecar. Y es que muchas veces aparece frente a mí la tentación con su sutil y enfermizo engaño, y me detengo a pensar qué impide que no ceda a su seducción. En algunos casos, mi cuestionamiento más bien busca qué me motiva para rechazarla (pienso que son dos cosas diferentes).

Lógicamente, he aprendido tres grandes argumentos que intentan detenernos en nuestra búsqueda del pecado (así fui educad, con muy buena intensión): la culpa, la vergüenza, y las consecuencias.

En el primer caso hemos dicho que el pecado te hace sentir miserable (y créanme, lo he experimentado –generalmente veo atrás y me pregunto cómo pude ser tan tonto de hacer o decir aquello). Naturalmente, le hemos dicho a cualquiera que está jugando con el pecado, que éste cobrará su factura haciéndole sentir muy mal, castigándole con tristeza y remordimiento demasiado pesados para desear. Muchas veces es así. Pero, ¿qué de aquellas situaciones cuando el pecado realmente te hace sentir mejor? ¿Las has visto? ¿Las has experimentado? Bueno, ¿qué tal una tensión comprometedora donde la mentira te provee una salida y un alivio? ¿Qué de aquel pecado sexual que te hace sentir feliz? ¿Qué de aquel rey que luego de su adulterio con Betsabé encontró la paz y la solución a sus problemas al asesinar a Urías? El sentimiento de culpa no será siempre el mejor antídoto.

En el segundo caso, apelamos a la dignidad y el testimonio. ¡Qué vergonzoso y humillante sería ser descubiertos en pecado! Quizás debo agregar, ¡qué miedo! Nuevamente, también lo he vivido (y no es muy agradable estar platicando frente a frente con alguien que tiene preguntas acerca de las cosas que yo pensaba que nadie sabía). Sin embargo, ¿no es cierto que sería posible desarrollar tal habilidad para no ser descubiertos, a tal grado que podríamos guardar el pecado en secreto? ¿No es esto lo que nos sorprende cuando una pareja de novios que lideran algún ministerio nos confiesa acerca de sus encuentros sexuales? ¿No es esto lo que nos asusta de cualquier otro pecado sexual? ¿Y qué del rencor, la envidia, o el odio? ¿Dónde dejaríamos los problemas con trastornos alimenticios? Nadie lo sabe, nadie los ve; todos son secretos. Y otra vez, parece que nuestro argumento no funciona.

En tercer lugar, nuestro intento de persuadir nuestras decisiones lejos del pecado se concentra en las consecuencias negativas del mismo. Por supuesto, creo que el pecado nunca trae bendición, pero tampoco veo en la vida práctica como trae todas las maldiciones que normalmente promulgamos. De hecho, aquí también es posible aprender a controlar las consecuencias, y a sobrevivir con ellas. De hecho podríamos debatir entre las consecuencias inmediatas y las de largo plazo; las individuales y las que afectan a quienes nos rodean. Pero no creo que estos debates sean de mucha relevancia para el chico que prefiere ver pornografía y masturbarse que salir a tener relaciones sexuales. No creo que sea gran cosa para aquellos que violan la ley y no son atrapados (lo vivo a diario cuando veo que personas transgreden las normas de tránsito y llegan antes que yo a sus destinos). Tampoco creo que esto limite la rebeldía. El temor a lo que pueda pasar no es algo que nos frene de pecar; más bien parece que nos desafía a encontrar otra manera de desviar lo que podría acontecer. En efecto, cuando hablamos de consecuencias, tenemos que reconocer que hablamos de riesgos y no de hechos.

En pocas palabras, tenemos que aceptar la realidad que muchas veces el pecado no nos hace sentir mal, no es descubierto, y tampoco nos garantiza un rayo del cielo. En lugar de aprender a abandonar el pecado, estamos descubriendo formas de no culparnos por él, estrategias para esconderlo y mecanismos para controlar sus frutos negativos. Nuestros tres argumentos principales contra la desobediencia, derribados.

En ningún momento estoy abogando a favor del pecado. No estoy afirmando que sea una bendición, un beneficio desobedecer. Más bien pretendo indagar (de nuevo) acerca de las razones, las explicaciones, los argumentos, para llevar una vida de santidad. En otras palabras, ¿cuál es entonces una buena razón para no pecar? ¿Qué es lo que debe pues motivarnos a vivir en obediencia?

Sin lugar a duda, encontramos desde la creación que el pecado tiene serias consecuencias sobre nuestra persona (Génesis 2:16,17). Adicionalmente, sabemos con certeza que Dios es fiel en disciplinar (discipular) a sus hijos cuando es necesario; es decir, en el momento de la desobediencia, Dios interviene a nuestro favor y nos corrige (Hebreos 12:5,6).

No obstante, se hace totalmente inútil el seguir centrando nuestra argumentación acerca del pecado en nosotros mismos (culpabilidad, vergüenza y consecuencias). Me atrevo a agregar que nuestra opinión sobre el tema mismo ni siquiera cuenta (o sea, ¿te parece justo que la humanidad entera pague el precio de la muerte eterna solamente porque dos personas decidieron comer la fruta equivocada?).

Al enfocarnos en nosotros mismos, y por ende en nuestra propia opinión, seremos presa fácil del relativismo moral. Cada uno tendrá su propio punto de vista, su propia verdad, su propia historia que narrar. Cada cual se convertirá en juez de su misma existencia. Daremos paso a la mente subjetiva y concluiremos que solamente porque algo sea malo para ti, no tiene que ser malo para mí.

Sin embargo, si vamos a convertirnos en hombres y mujeres guiados por el Espíritu, entonces tendremos que reconocer una razón superior para vivir en la pureza de la santidad y desechar el engaño del pecado. Tu opinión y la mía no cuentan. Tendremos que orientar nuestra decisión de obedecer más allá de las consecuencias, por encima de la simple sumisión a las normas escritas. Cada cosa tiene su lugar.

Remontémonos por un momento al relato de Deuteronomio 6. Este es un pasaje fundamental en la fe del pueblo de Dios, una norma de prioridad en el hijo de Dios (Mateo 22:34-40).
El verso 1 declara: “Éstos son los mandamientos, preceptos y normas que el Señor tu Dios mandó que yo te enseñara, para que los pongas en práctica en la tierra de la que vas a tomar posesión”. Dios está hablando muy en serio aquí. Por medio de las palabras “mandamientos”, “preceptos”,
“normas” vemos que esto no ha sido dejado al gusto del lector, en calidad de sugerencia. La obediencia requerida es sin lugar a duda una exigencia. El emisor de la orden es el mismo Dios, el Señor. Luego, encontramos en seguida una descripción de las consecuencias de la obediencia. Después de la orden, viene la recompensa. Los versos 2 y 3 afirman: “para que durante toda tu vida tú y tus hijos y tus nietos honren al Señor tu Dios cumpliendo todos los preceptos y mandamientos que te doy, y para que disfrutes de larga vida. Escucha, Israel, y esfuérzate en obedecer. Así te irá bien y serás un pueblo muy numeroso en la tierra donde abundan la leche y la miel, tal como te lo prometió el Señor, el Dios de tus antepasados.” Como era de esperarse, el resultado de seguir las normas es la bendición. Sin embargo, los siguientes dos versos cobrar un giro dramático, hasta cierto punto inesperado en la narración. De la orden y las consecuencias, nos movemos hacia un nivel superior. Seamos francos. Nosotros solemos dejar en nuestro razonamiento del pecado y la obediencia solamente al ras de lo humano, de las normas y los resultados. Tratamos de motivar y convencer a otros en este mismo plano (incluso nos predicamos a nosotros mismos esas lecciones). Pero muy pocas veces hemos entendido que lo más importante en nuestra vida no es el seguir normas. Pocas veces hemos comprendido que la prioridad de nuestra existencia no es solamente cumplir con la religión ni tampoco simplemente obedecer la Biblia.Hemos sido llamados para gozar de una relación personal con el Dios verdadero. “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.” (v.4-6)
La orden, el mandamiento principal gira alrededor de una relación. El amor a Dios es la motivación correcta para obedecer todos sus mandamientos. La entrega total en esa relación es el verdadero mandamiento a obedecer.
Cada vez que puedo, aprovecho las oportunidades para que todos se enteren que no me gusta la cebolla (así que, por si no lo sabías, ya te enteraste). Sin embargo, a mi esposa, le encanta la cebolla (he allí un problema). Así que muchas veces tenemos que tomar decisiones acerca de los alimentos, especialmente cuando se trata de ordenar una pizza. A mí me gusta sin cebolla, y a ella le gusta con… eso (ya ni quiero escribir la palabra). Por supuesto, hay varias formas creativas de resolver el asunto, pero he notado que la solución más común al dilema es que mi esposa decide que nuestra pizza no contenga cebolla. ¿La razón de su decisión? No es que no le guste (le encanta), no es que sea dañina para su salud (al contrario), no es que no tenga ganas (ella se sacrifica).

Sencillamente, pienso que es una decisión de amor. Porque me ama, y quiere agradarme (y claro, no quiere perder la bendición de mis besos), ella decide libremente honrarme. Es por una relación no centrada en ella misma que puede actuar así.

De manera similar, voy a tomar la decisión consciente de no pecar porque amo a Dios. Voy a dar los pasos firmes para alejarme de mi desobediencia porque amo a Dios. Voy a pagar el precio de morir a mis deseos porque amo a Dios. No voy a centrarme en mi mismo, mis argumentos, mis beneficios, mis sacrificios, mis opiniones, sino en Dios y mi relación de amor con él.
Debido a que tengo una relación personal con el Dios verdadero, cada día de mi vida me esforzaré por amarle más en obediencia. Procuraré que mis pensamientos, palabras y acciones no sean desagradables para Él. Si voy a ser santo, será porque Él es santo (I Pedro 1:16; Levítico 11:44,45; 19:2). Si voy a obedecer, es porque le amo (Juan 14:15).

Es tiempo de regresar a esa intimidad con Dios, y abandonar cualquier lógica en exceso que justifique o condene nuestra conducta. No importa si tu pecado funciona bien (y dicho sea de paso, espero que no sea así). Deberás abandonarlo por algo más importante: tu relación de amor con Dios.

Él sigue exigiendo y una santidad intachable, deseando diariamente relacionarse contigo sin estorbos.
Él sigue buscando las oportunidades de premiar tu obediencia. Quizás la próxima vez que la tentación aceche, o que consideres que pecar no sería tan malo, podrías recordar tu relación de amor con Dios.

domingo, 17 de junio de 2012

Permanecer Sin Pecar


"Todo aquél que permanece en El, no peca; todo aquél que peca, no le ha visto, ni le ha conocido". (1ª de Juan 3:6)

La Biblia nos aclara dos cosas con relación al pecado:

Primero: Si vives una vida de pecado, ello indica que no andas bajo el poder del Espíritu Santo, no importa lo que digas acerca de tu condición espiritual. No puedes pasar tiempo estudiando y meditando en la Palabra de Dios, andando en compañerismo con el Espíritu Santo, y al mismo tiempo persistir en el pecado.

Segundo: Si no aborreces el pecado al igual que lo detesta Dios, en realidad no lo conoces a El. Hay aquéllos que continúan viviendo en pecado, y sin embargo insisten en que aman a Dios y le pertenecen. El apóstol Juan lo aclara: El que vive pecaminosamente, no lo ha visto (a Dios) ni le conoce. Es posible que hayas orado la oración del pecador arrepentido, o que tengas responsabilidades en tu iglesia, e incluso estar bautizado; pero la prueba de la presencia del Espíritu Santo en tu vida es que venzas al pecado.

Esto no quiere decir que nunca peques, pero sí significa que rehúses hacer del pecado tu forma y estilo de vida, y que le pidas inmediatamente perdón a Dios cuando hayas pecado (1ª de Juan 1:10). Significa que te opones al pecado, al igual que lo está Dios, y que le permites al Espíritu Santo erradicar todo vestigio de pecado en tu vida. Significa que, cuando pecas, inmediatamente se lo confiesas al Señor, quien es el único que puede perdonar tus pecados, porque otro hombre no te los puede perdonar. Tienes que arrepentirte ante Dios de tus faltas, y hacer lo que sea necesario para evitar repetirlas.

Si te encuentras cayendo en hábitos pecaminosos, o no sientes pesar ni tristeza por haber pecado, como la sentías antes, es que no estás permaneciendo en Cristo. Regresa a El, en arrepentimiento genuino; restaura tu comunión con El, y podrás de nuevo experimentar victoria sobre el pecado.
1:19 - Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, y tardo para airarse;

1:20 - porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

1:21 - Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

1:22 - Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

1:23 - Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

1:24 - Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

1:25 - Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

4:17 - Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.


El arrepentimiento


Hoy analizaremos el tema del arrepentimiento, y veremos en las Escrituras lo que en realidad significa ‘arrepentirse’: En 1ª de Tesalonicenses 1: 4-10, leemos:

4) Sabemos, hermanos amados de Dios, que El os ha elegido,

5) pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre. Bien sabéis cómo nos portamos entre vosotros, por amor de vosotros.

6) Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo.

7) De esta manera habéis sido ejemplo a todos los creyentes de Macedonia y de Acaya,

8) porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor; y no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.

9) Ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,

10) y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

Aquí hay un resumen de lo que significa un verdadero arrepentimiento: "Ellos mismos nos cuentan... cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero". Alguien definió el arrepentimiento como "un viraje de 180 grados", lo cual significa darle la espalda al pecado y volvernos hacia Dios.

El arrepentimiento genuino no consiste solamente en abandonar el pecado; es también volverse a Dios, y servirle.

He aquí lo que nos dice 1ª de Pedro 3: 10-11:

10) Porque: el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;

11) apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.

Por las Escrituras, vemos que el arrepentimiento genuino implica un viraje (cambio de rumbo) completo, opuesto al que llevábamos.¡El cambio de sentido tiene que ser total!

Tenemos que darle las espaldas al pecado, y decirle ¡adiós!, para nunca más regresar a él. Y ponernos de cara a Jesucristo, y caminar hacia El. Un viraje incompleto, a media voluntad nunca nos libertará del poder del pecado; Tenemos que pasar de ser esclavos del pecados, a ser esclavos del Hijo de Dios; de estar esclavizados por el pecado a estar ‘esclavizados para el Señor’ (Romanos 6: 21-22)

¡Cuánto dolor sentía yo en mi alma durante todos esos años que me pasé pecando y confesando..., pecando y confesando, pero nunca apartándome verdaderamente del pecado. Era como la mujer de Lot, que si bien se fue de Sodoma, la ciudad en llamas, aún la añoraba en su corazón, y miró atrás para echar ‘un vistazo’. Su corazón no se había alejado de Sodoma y por eso pereció, convirtiéndose en estatua de sal.

Debemos acordarnos de la mujer de Lot, por ser ella un monumento a quienes no quieren despedirse por entero del pecado.

¿Estás dispuesto a confiar que DIOS puede suplir TODAS tus necesidades, tal como lo ha prometido?

He aquí lo que dice con respecto a esto Filipenses 4:19:

"Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta, conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús".

En esta declaración no hay clasificaciones. Sencilla y llanamente, suplirá todo lo que os falta. A veces confundimos lo que ‘nos falta’ con lo que ‘deseamos’, olvidándonos que Dios sabe siempre lo que es mejor para nosotros en cada momento específico.

Esta es mi esperanza y súplica por ti también: que Dios te capacite para genuinamente apartarte del pecado, de una vez y por todas, tal como lo hizo conmigo; y no al paso normal, sino más bien que corras lo más rápido y lejos posible.

A continuación encontramos otro pasaje excelente, que describe la actitud de un auténtico arrepentimiento. Fíjate en los siete pasos que se mencionan en Santiago 4: 7-10:

v7) 1er paso: Someteos, pues, a Dios;

2ndo paso: Resistid al diablo, y huirá de vosotros.

v8) 3er paso: Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros.

4to paso: Pecadores, limpiad las manos;

5to paso: Y vosotros, los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

v9) 6to paso: Afligíos, lamentad y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.

v10) 7mo paso: Humillaos delante del Señor, y El os exaltará.

Ahí tenemos la manera de distinguir cuando Dios nos ha concedido el arrepentimiento: no solamente hacemos un giro de 180 grados, sino que también perdemos esas tonterías, esa risa hueca, esos chistes de doble sentido, y el orgullo. Además, estamos seriamente decididos a abandonar el pecado.

Nos duele haber pecado, y hasta nos volvemos sombríos, tal y como lo mencionan los versículos. Esto no quiere decir que vivamos el resto de nuestras vidas así, porque el gozo viene a la vida que se entrega a la pureza. Pero hay un tiempo durante el cual se acaba toda la frivolidad, y entonces viene la necesidad de terminar de una vez con el pecado.

Recuerdo que cuando comencé a salirme de mi pecado, me propuse en serio erradicar ese pecado de mi vida. Busqué con siceridad al Señor, y escuché atentamente lo que otros, que habían salido antes que yo, tuvieran que decir. Estaba completamente dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ser libre.

¿Te encuentras en ese punto, amigo? ¿Estás dispuesto a hacer lo que haga falta, para obtener tu libertad?

Oswald Chambers escribió:

"La convicción de pecado es una de las cosas más inusitadas que jamás alcanzan a un hombre. Es el umbral del conocimiento de Dios. Jesucristo dijo que cuando el Espíritu Santo viniera, convencería al mundo de pecado; y cuando el Espíritu Santo despierta la consciencia del hombre, y lo trae a la presencia de Dios, no es su relación con los demás seres humanos lo que le molesta, sino su relación con Dios: ‘Contra Ti, contra Ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de Tus ojos’.

La convicción de pecado, la maravilla del perdón y la santidad se encuentran tan íntimamente entrelazadas, que sólo el hombre que es perdonado es santo; nos demuestra que ha sido perdonado, al ser lo opuesto de lo que fue, por la gracia de Dios. El arrepentimiento siempre lleva al hombre a este punto: ‘He pecado.’ La más clara señal de que Dios se encuentra obrando, es cuando el hombre lo dice, y de verdad. Cualquier otra cosa no es más que remordimiento por haber dado traspiés; el reflejo de tenerse asco a uno mismo.

La entrada al Reino es a través de los retortijones punzantes del arrepentimiento cayendo sobre la bondad respetable del hombre; entonces el Espíritu Santo, que produce tales agonías, empieza a formar al Hijo de Dios en la vida del individuo. La nueva vida se manifestará en arrepentimiento consciente y santidad inconsciente, jamás a la inversa.

El arrepentimiento constituye los cimientos del cristianismo. Hablando en sentido estricto, un hombre no puede arrepentirse cuando quiera; el arrepentimiento es un regalo de Dios. Los antiguos puritanos solían orar por el ‘don de lágrimas’. Si acaso dejas de experimentar y conocer la virtud del arrepentimiento, estarás en tinieblas. Examínate, y mira a ver, no sea que te hayas olvidado de cómo arrepentirte".

¿Te percataste de que el arrepentimiento es un don (o sea, un regalo) de Dios?

El siguiente pasaje está en 2ª de Timoteo 2: 25-26:

"... que con mansedumbre (el siervo de Dios) corrija a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se arrepientan, para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a la voluntad de él."

Fíjate que el arrepentimiento es la única vía para escaparnos de la trampa del diablo.

A continuación, examinemos otro pasaje de las Escrituras, y fijémonos en los elementos contenidos en el arrepentimiento. Isaías 55: 6-7:

6) "Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado; llamadle en tanto que está cercano.

7) Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios vivo, el cual será amplio en perdonar".

El arrepentimiento siempre trae muchas cosas buenas. No se trata simplemente de que nos alejemos del pecado y nos quedemos vacíos, sin que nada excitante ocurra en nuestras vidas. Es posible que te preguntes quién, o qué satisfará de ahora en adelante los anhelos de tu corazón.

¡La respuesta, mi amigo, es Jesucristo! El Señor satisfará tus necesidades y los anhelos de tu corazón. ¡La satisfacción que El da es permanente! ¡Me he dado cuenta que en realidad nunca experimenté lo que es ‘vivir’, hasta que fui libre! La misión del Señor Jesús fue ‘llevar cautiva la cautividad’ (Efesios 4:8) para que quienes éramos cautivos del pecado viniéramos a ser cautivos de Cristo, y gozáramos de todo lo que El tiene para nosotros.

En realidad, estamos abandonando los placeres menores y temporales, a cambio de los mayores y eternos. Sí; es verdad que renunciamos a los placeres del pecado; pero ganamos los placeres de Cristo, y en el Salmo 16:11 se nos dice que son placeres ‘eternos’.

"Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre".

domingo, 3 de junio de 2012

Tus pecados no serán proyectados en el cielo


Luego añade: "Sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más."


Hebreos 10:17


Cuando yo era un joven cristiano que crece en Singapur, leí un pequeño folleto titulado Esta Fue Tu Vida . En esa zona, dijo que cuando llegues al cielo, Dios se volverá a reproducir toda su vida, incluyendo todos sus pecados, en una enorme pantalla de video de todos los ángeles y otros santos para ver!

La idea de que Dios estaba haciendo un video de mi vida con la intención de proyectarlo para todo el mundo a ver me hacía sentir muy mal y condenados ante Dios. ¿Cómo iba a soportar con valentía en su presencia? ¿Y cómo iba yo a hacer frente a mis seres queridos y amigos cristianos en el cielo?

Yo era un manojo de nervios, pensando en todos mis pecados que Dios se registran hacia abajo, hasta que leí esto en la Biblia: "Bienaventurado el hombre a quien el Señor no inculpa de pecado. "(Romanos 4:8) ¡Aleluya! Salté de alegría cuando me enteré de que Dios no estaba contando mis pecados contra mí, y que Él me ha dado algo que se llama "no imputación de los pecados"!

Mi amigo, la razón de que Dios no imputar cualquiera de nuestros pecados para nosotros es que Él ha imputado ya todos ellos en el cuerpo de su Hijo Jesús cuando colgaba de la cruz hace 2,000 años. No sólo eso, cuando Dios castigó a su Hijo por nuestros pecados, Él hizo que la maldición de la ley caiga golpe a golpe sobre el cuerpo entero de Jesús hasta que cada maldición había sido plenamente satisfecho. Es por eso que hemos sido redimidos de la maldición de la ley. (Gálatas 3:13) Por eso, en lugar de imputar el pecado de nosotros, Dios atribuye justicia!

Dios quiere que sepamos que nuestros pecados y transgresiones Él no recuerdo nada más. Las palabras "no más" en el texto griego original de llevar a una fuerte connotación negativa doble. En otras palabras, Dios está diciendo: "De ninguna manera, de ninguna manera, ¿Alguna vez acordaré de tus pecados otra vez!"

Amados, si Dios dice que Él no más me acordaré de tus pecados, ¿por qué todavía los recuerda? O para el caso, de su cónyuge o los pecados del prójimo? Dios no quiere que usted sea consciente de los pecados porque Él no lo es. Así que: ¡Regocijaos! Ven a Él con valentía y esperar que él para demostrar que la misericordia y la gracia porque no más me acordaré de tus pecados!

Pensamiento del día
Puesto que Dios me acordaré de tus pecados, no más, ¿por qué todavía los recuerda?
Por Joseph Prince

sábado, 26 de mayo de 2012

Enamorad@ de verdad?



Mical y Merab eran hermanas, eran las princesas de la corte, hermosas, como Saul su padre, acostumbradas a las comodidades el palacio, enseñadas en etiqueta, codeadas con la realeza, su vida era el sueño de cualquier mujer.

Mical: Su nombre de orígen hebreo significa ¿quien es como Dios?

MICAL Y DAVID 1 Sam 18:20 Y Mical, otra hija de Saúl, amaba a David. Cuando se lo informaron a Saúl, el asunto le agradó.fue demandada por su dote 100 prepucios de filisteos (v25) David se levantó y antes de que se cumpliera el plazo trajo 200 prepucios (v26-v27) y le fue dada por mujer Mical a David (v27)

El alto precio que tuvo que pagar David por Mical no fue cualquiera, Mical se enamoró del guerrero, pero no del pastor, de enamoró de su fama, mas no de su llamado, se enamoró de la imagen de David pero no de su corazón.

MICAL TOMA UNA DECISION
1 Sam 19:12-13 De inmediato, Mical tomó una estatuilla, le puso pelo de cabra en la cabeza y la cubrió con una capa; luego la colocó donde David dormía, y sacó a David por una ventana. Así fue como David pudo escapar.
 

La situación política no estaba en su mejor momento, el Rey Saul, su padre, consideraba a David enemigo del estado, su sentencia, la muerte. Sin embargo Mical le logró salvar la vida a David, en un momento muy dificil de su vida, logró no sólo ser su amiga, su confidente, su esposa y su heroína, aun a sabiendas de que al enfrentarse a su padre Saul el castigo podría ser la muerte.
Sin embargo su elección no fue huir junto a su esposo David al dificil desierto, sino que prefirió las comodidades del palacio, rehusó seguir el camino que Dios había puesto para David, con el fin de establecerlo como rey, si no que siguió el camino más facil de riqueza, poder y prestigio.

EL DESTINO SONRIE A DAVID
1 Cro 15: 29 Pero cuando el arca del pacto de Jehová llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y danzaba; y lo menospreció en su corazón.
Después de muchos ires y venires, David ingresa a Jerusalem, lleno de la presencia de Dios, completamente repleto de gozo saltando y danzando alrededor del arca, cuando Mical vió a David comportándose como un niñito alegre, sin guardar el protocolo real, Mical sintió verguenza de David, lo menospreció en su corazón, ella era una princesa, no podía permitir esa afrenta a su imagen pública no podía estar junto a un pastor, ella solo apreciaba al rey, alguien de su altura.
Existen personas que se sienten avergonzados de sus parejas, los menosprecian por su bajo nivel social, cultural, intelectual . El error mas comun de muchos solteros es un cierto grado de orgullo que les impide verse junto a algiuen que consideran poco digno de su compañia.




DONDE HUBO FUEGO, CENIZAS QUEDAN
(2 Samuel 3:13-14).Entonces David le dijo a Abner: “Bien; haré pacto contigo, mas una cosa te pido: no me vengas a ver sin que primero traigas a Mical la hija de Saúl, cuando vengas a verme”.

Y luego el envió un mensaje a Is-boset: “Después de esto envió a David un mensajero a Is-boset hijo de Saúl diciendo: “restitúyeme mi mujer Mical, la cual desposé por cien prepucios de filisteos”
Mical no pudo seguir a David al desierto , no pudo pagar el precio de ser la mujer de un forajido, no soportó la idea de pasar necesidades junto al pobre David, no mas restaurantes finos, olvidarse de ropa de marca, en fin, al final ella fue dada por esposa a otro hombre, sin embargo el amor de David por Mical permaneció a pesar de los años, el precio pagado por Mical fue demasiado alto como para poder ser olvidado, además seguia siendo su esposa, así ella estuviera conviviendo con otro hombre, lo que Dios une, no lo puede separar el hombre.

CONCLUSION 2 Sam 6:23 “Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”
Ella volvió a estar con David, pero al no poder darle un heredero, fue confinada a ser una mas del harem del rey.

El final de Mical es muy diciente, en la antiguedad la peor verguenza de una mujer era su esterilidad, los hijos eran el regalo de Dios y lo que daban valía a una mujer, no tener hijos era considerado como una maldición y era muy poco deseado en esa época, como conlcusión podemos ver que Mical pudo ser la esposa del ray mas famoso de todos los tiempos, pero el final fue ella quien no dio la talla para ser mujer de David

El Plan de Dios para Ti

Dios tiene un plan divino para tu vida y la dirección es el regalo de Dios. La dirección
del desarrollo de ese plan divino es necesario escucharlo atreves de la Palabra de Dios.


Jeremías 1:5
“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te
santifiqué, te di por profeta a las naciones.”

Esto quiere decir que Dios tiene un plan para ti y existe una dirección divina para
alcanzarlo.

Hay dos maneras de localizar la dirección divina:

- A través de la Palabra.
- Por la voz del Espíritu Santo.

Salmo 119:105

“Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.”

Dios habla de que la Palabra alumbra los pasos, escucharla es la luz de nuestra vida,
te dice como esta tu vida, te dice como esta tu trabajo. Tu vida cambia cuando lees la
Palabra, en ella encontraras instrucciones para tus negocios, para tu familia, para tu
vida y para tu hogar, debes ser diligente para obedecerla.

Dios irá poniendo poco a poco sueños, metas, dirección en nuestra vida y con la Palabra
de Dios, viene la dirección para que realices esos sueños.


Deja que las bendiciones de Dios lleguen a tu vida.

martes, 3 de enero de 2012

Un poderoso 2012 no puede empezar sin palabra de Dios:

Esta es palabra que Dios me declaro este diciembre, para el año 2012 como una palabra para sus hijos, la cual se cumplira en todos aquellos que le dicen SI a Dios, SI a su palabra, SI a su presencia...
Isaías
Capítulo 45

45:1 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán:
45:2 Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;
45:3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.
45:4 Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.
45:5 Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste,
45:6 para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
45:7 que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
45:8 Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.
45:9 ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu obra: No tiene manos?
45:10 ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?!
45:11 Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.
45:12 Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.
45:13 Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos.
45:14 Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.
45:15 Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.
45:16 Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes.
45:17 Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis, por todos los siglos.
45:18 Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.
45:19 No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud.
45:20 Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva.
45:21 Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.
45:22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
45:23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.
45:24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.
45:25 En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

jueves, 29 de diciembre de 2011

10 Privilegios que Dios nos da

Jesucristo, muriendo en la cruz del calvario, y resucitando, nos ha concedido muchos privilegios; aqui vamos a mencionar algunos de ellos, para que los creamos y los establezcamos en nuestras vidas:

VICTORIA: 2 Cor. 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús,

SEGURIDAD: Deut. 31:8 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará;

SANIDAD: Jer. 30:17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová

PROSPERIDAD: Jos. 1:8 porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

PAZ: Is. 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

GOZO: Sal. 118:24 Este es el día que hizo Jehová ;Nos gozaremos y alegraremos en él.

FORTALEZA: Fil. 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

DIRECCION: Sal. 32:8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;

DESCANSO : Sal. 4:8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

DEFENSA: Sal. 56:9 Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare.


Por pastores Salazar, del Ministerio Cristo a las Naciones